PARKINSON
INTEGRANTES
- DIEGO ALEJANDRO SANTANA VELASCO 2010194071
-IVAN CAMILO LOZANO MAÑOSCA 2010296140
miércoles, 21 de marzo de 2012
PARKINSON
La enfermedad de Parkinson (EP), también denominada Parkinsonismo idiopático o parálisis agitante, es un trastorno neurodegenerativo crónico que conduce con el tiempo a una incapacidad progresiva, producido a consecuencia de la destrucción, por causas que todavía se desconocen, de las neuronas pigmentadas de la sustancia negra. Frecuentemente clasificada como un trastorno del movimiento, la enfermedad de Parkinson también desencadena alteraciones en la función cognitiva, en la expresión de las emociones y en la función autónoma.
Esta enfermedad representa el segundo trastorno neurodegenerativo por su frecuencia, situándose únicamente por detrás de la enfermedad de Alzheimer.Está extendida por todo el mundo y afecta tanto al sexo masculino como al femenino, siendo frecuente que aparezca a partir del sexto decenio de vida. Sin embargo, además de esta variedad tardía, existe otra versión precoz que se manifiesta en edades inferiores a los cuarenta años.
DESCUBRIMIENTO
La enfermedad fue descrita y documentada en 1817 (Essay on the Shaking Palsy) por el médico británico Dr. James Parkinson; los cambios bioquímicos asociados fueron identificados en los años 1960.
A principios de 2011, los investigadores identificaron un defecto cerebral fundamental que es el distintivo de la enfermedad: las pérdidas de células cerebrales que producen un neurotransmisor -la dopamina- fundamental, entre otros, en los circuitos cerebrales implicados en el control del movimiento. Este descubrimiento llevó a los científicos a encontrar el primer tratamiento eficaz de la enfermedad de Parkinson y sugirió formas de elaborar terapias nuevas y aún más eficaces. Es el ejemplo más común de una serie de trastornos neurodegenerativos caracterizados por la acumulación en las neuronas presinápticas de la proteína α-sinucleina. Casi todas las formas de parkinsonismo son el resultado de la reducción de la transmisión dopaminérgica en las neuronas de los ganglios basales, parte de las vías dopaminérgicas del cerebro.
CARACTERISTICAS CLINICAS
El diagnóstico puede realizarse en aquellos individuos que presenten al menos 2 de 4 signos cardinales:
Temblor en reposo.
Hipertonía Muscular (rigidez muscular).
Bradicinesia (lentitud de los movimientos voluntarios).
Pérdida de reflejos posturales.
El temblor en reposo está presente en ~85 % de los casos de EP. La ausencia de expresión facial, disminución del parpadeo y del movimiento de los brazos al caminar completan el cuadro clínico.
MANIFESTACIONES MOTORAS
Bradicinesia.
Alteración de la motricidad fina.
Micrografía (la letra en manuscrita del paciente se hace más pequeña e ilegible).
Hipofonía.
Sialorrea. (Producción excesiva de saliva)
Temblor en reposo de 4 a 6 Hz.
Rigidez muscular.
Signo de la Rueda dentada o Fenomeno de la Rueda dentada
Alteración de la postura.
Inestabilidad postural.
Alteración de la motricidad fina.
Micrografía (la letra en manuscrita del paciente se hace más pequeña e ilegible).
Hipofonía.
Sialorrea. (Producción excesiva de saliva)
Temblor en reposo de 4 a 6 Hz.
Rigidez muscular.
Signo de la Rueda dentada o Fenomeno de la Rueda dentada
Alteración de la postura.
Inestabilidad postural.
CARACTERISTICAS NO MOTORAS
Depresión y ansiedad.
Alteraciones cognitivas.
Trastornos del sueño.
Alteraciones sensoriales y dolor.
Anosmia. (Pérdida o disminución del sentido del olfato)
Trastornos de la función autonómica.
Alteraciones cognitivas.
Trastornos del sueño.
Alteraciones sensoriales y dolor.
Anosmia. (Pérdida o disminución del sentido del olfato)
Trastornos de la función autonómica.
DIABETES Y PARKINSON
Para la mayoría ambas enfermedades son inconexas, o al menos no se les ocurre pensar que una cosa puede llevar a la otra, afortunadamente los investigadores si se lo plantean y de hecho han llegado a la conclusión de que la diabetes está vinculada a un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson.
Para llegar a estas conclusiones los investigadores analizaron los datos de 289.000 personas mayores en Estados Unidos, y descubrieron que las personas con diabetes en un principio eran más propensos a ser diagnosticados con Parkinson en los siguientes 15 años.
Realmente la diferencia no es muy grande, si bien en las personas con diabetes fue un 0,8% los que fueron diagnosticados con Parkinson años más tarde, entre las personas que no eran diabéticas la cifra es de 0,5%.
Pero cuando los investigadores tomaron en cuenta otros factores (como la edad, el peso y el hábito de fumar) la diabetes en sí estaba relacionada con un aumento del 41 por ciento en el riesgo de desarrollar Parkinson.
Aunque esta cifra si es mucho más significativa, tampoco prueba que la diabetes sea la causante, y de hecho las razones que las vinculan no se conocen. Por tanto harán falta muchas más investigadores para llegar a determinar si realmente las personas que sufren la diabetes, además tienen un mayor riesgo de tener Parkinson al llegar a la vejez.
Por ahora las teorías que barajan los investigadores implicarían que las dos enfermedades comparten algunos mecanismos subyacentes. Por ejemplo una inflamación crónica de bajo nivel en todo el cuerpo, que se sospecha que contribuye a una serie de enfermedades crónicas al dañar las células, o bien la oxidación – el proceso contra el que luchan los anti-oxidantes – es otra posibilidad.
TRATAMIENTO
El tratamiento de la enfermedad de Parkinson consiste en mejorar, o al menos mantener o prolongar la funcionalidad del enfermo durante el mayor tiempo posible. En la actualidad, el tratamiento puede ser de tres tipos (aunque son viables combinaciones): farmacológico, quirúrgico y rehabilitador.
1. FARMACOLÓGICO: Muchos de los síntomas característicos de la enfermedad de Parkinson son debidos a una deficiencia de dopamina en el cerebro, pero el suministro de este neurotransmisor al paciente con el objetivo de reponer las reservas agotadas no resulta eficaz, puesto que la dopamina no puede pasar del torrente sanguíneo al cerebro. Por ello, los fármacos que se emplean en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson (fármacos anti-parkinsonianos) usan otras vías para restituir de forma temporal la dopamina en el citado órgano o bien, imitan las acciones de la misma.
2. QUIRÚRGICO: A mediados del siglo XX, la neurocirugía era el método que con más frecuencia se utilizaba para tratar el temblor y la rigidez característica de los pacientes aquejados de la enfermedad de Parkinson, pero el problema se hallaba en que no siempre se tenía éxito en las intervenciones quirúrgicas y en las complicaciones de gravedad que solían surgir. Con este panorama, el uso de la cirugía se vio reducido a partir de 1967 con la introducción en el mercado de la levodopa, un tratamiento alternativo que proporcionaba más seguridad y eficacia. Pero con el avance tecnológico experimentado en estos últimos años, se han logrado conseguir novedosas técnicas de imagen cerebral que han permitido mejorar la precisión quirúrgica, recuperando la neurocirugía su popularidad como tratamiento para algunas personas con enfermedad de Parkinson que por diversos motivos, ya no responden al tratamiento con fármacos.
3. REHABILITADOR: Es importante que los pacientes realicen ejercicio de manos.
Si con el tratamiento farmacológico se consigue que los pacientes mejoren en cuanto a los síntomas motores se refiere, no sucede lo mismo con el equilibrio, pues este va empeorando a lo largo del transcurso de la enfermedad. De hecho, se han llevado a cabo varios estudios que demostraron que no se experimentan cambios en el equilibrio global en pacientes con enfermedad de Parkinson en relación con la administración del tratamiento farmacológico.
1. FARMACOLÓGICO: Muchos de los síntomas característicos de la enfermedad de Parkinson son debidos a una deficiencia de dopamina en el cerebro, pero el suministro de este neurotransmisor al paciente con el objetivo de reponer las reservas agotadas no resulta eficaz, puesto que la dopamina no puede pasar del torrente sanguíneo al cerebro. Por ello, los fármacos que se emplean en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson (fármacos anti-parkinsonianos) usan otras vías para restituir de forma temporal la dopamina en el citado órgano o bien, imitan las acciones de la misma.
2. QUIRÚRGICO: A mediados del siglo XX, la neurocirugía era el método que con más frecuencia se utilizaba para tratar el temblor y la rigidez característica de los pacientes aquejados de la enfermedad de Parkinson, pero el problema se hallaba en que no siempre se tenía éxito en las intervenciones quirúrgicas y en las complicaciones de gravedad que solían surgir. Con este panorama, el uso de la cirugía se vio reducido a partir de 1967 con la introducción en el mercado de la levodopa, un tratamiento alternativo que proporcionaba más seguridad y eficacia. Pero con el avance tecnológico experimentado en estos últimos años, se han logrado conseguir novedosas técnicas de imagen cerebral que han permitido mejorar la precisión quirúrgica, recuperando la neurocirugía su popularidad como tratamiento para algunas personas con enfermedad de Parkinson que por diversos motivos, ya no responden al tratamiento con fármacos.
3. REHABILITADOR: Es importante que los pacientes realicen ejercicio de manos.
Si con el tratamiento farmacológico se consigue que los pacientes mejoren en cuanto a los síntomas motores se refiere, no sucede lo mismo con el equilibrio, pues este va empeorando a lo largo del transcurso de la enfermedad. De hecho, se han llevado a cabo varios estudios que demostraron que no se experimentan cambios en el equilibrio global en pacientes con enfermedad de Parkinson en relación con la administración del tratamiento farmacológico.
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